AZERTAC presenta a los lectores la carta enviada por Mehriban Aliyeva a Trend.

- En primer lugar, quiero expresar mi más sincera gratitud a todos por las felicitaciones que me han dirigido estos días. Estoy profundamente conmovido por su sinceridad y calidez, apoyo y amor. Agradezco a todos los que aprecian mi modesto trabajo, creen y comparten mis ideales.

A lo largo de todas mis actividades -públicas y estatales- siempre trato de confiar en verdades inviolables. La moral y la espiritualidad, la humanidad y la misericordia, la fe y el amor, la bondad y los pensamientos puros son lo mejor que nos fue presentado a cada uno de nosotros por el Todopoderoso.

Nací y crecí en una familia donde los valores tradicionales de la intelectualidad azerbaiyana eran fundamentales. La atmósfera de una familia grande y unida, donde no había enseñanzas morales, sino una forma especial de vida, orden, donde la educación y la ciencia eran la máxima prioridad, autoridad y estilo de vida de los ancianos -el mejor ejemplo, donde cada uno de los más jóvenes se sentía amado, pero se le enseñaba a asumir la responsabilidad de lo hecho, incluso en ese momento insignificante-, nos moldeó a nosotros, la generación más joven.

Con el crecimiento, la comprensión y la gratitud sin límites me sentí a los ancianos, a los padres. Por enseñarnos a luchar por la verdad y la espiritualidad. Ellos nos han inculcado el entendimiento de que la dignidad y el honor están por encima de todo. Que la honestidad y la misericordia y las buenas obras, la fe y el amor son el camino hacia la felicidad y la armonía.

El sentido de la responsabilidad, el deseo de lograr los máximos resultados en cualquier esfuerzo, la exactitud y la disciplina son las cualidades que mi madre me inculcó. Noble, brillante, con principios, talentosa, orgullosa, increíblemente bella Aida Imanguliyeva. Irreconciliable con cualquier injusticia, ferozmente dedicada a su trabajo, ciencia y pedagogía, su madre ha alcanzado alturas increíbles en su corta vida. Creó una nueva escuela científica en los estudios de la literatura árabe moderna, se convirtió en la primera mujer - directora del Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de Azerbaiyán. Fue una científica de renombre mundial y sus trabajos siguen siendo muy valorados por la comunidad científica. Pero al mismo tiempo, siempre ha sido una mujer con mayúscula. Con un enorme corazón amoroso, con un alma delicada y generosa. Han pasado 27 años desde que perdí a mi madre. Todavía la echo de menos con dolor.

Mi padre, el académico Arif Pashayev, es mi ideal de humanidad, bondad y sabiduría. Se ha escrito mucho sobre sus logros en ciencia y educación. Sus cualidades humanas - optimismo inagotable y positivo, la capacidad de empatizar, mantener, encontrar las palabras adecuadas para cada uno, el talento para compartir y cargar a todos alrededor de su energía de luz, su sabiduría y bondad infinita - es el punto de referencia de mi vida. Ha estado dirigiendo la Academia Nacional de Aviación durante muchos años. El ambiente de respeto mutuo, las relaciones cálidas y casi amistosas entre los estudiantes y el rector son otra confirmación de sus altas cualidades personales y profesionales.

Estoy feliz de haber vivido la mayor parte de mi vida al lado de la mayor personalidad del Azerbaiyán moderno, Heydar Aliyev. Hasta el final de mi vida conservaré el sentimiento de respeto, admiración, y amor inconmensurables por esta escala cósmica de personalidad. Fuerza y poder, intelecto ilimitado, voluntad inflexible, moral y dignidad supremas, patriotismo inconmensurable y amor por la tierra y el pueblo nativos. Un ideal inalcanzable y el Maestro más importante de mi vida.
Para mí, como pienso para todos, la familia es el principal sentido e estímulo en cualquier situación de la vida. Un punto de apoyo y fuerza.

Mi esposo, el Presidente Ilham Aliyev, ha estado sirviendo a su pueblo durante más de 16 años. Todos sus logros, gracias a los cuales Azerbaiyán se ha convertido en un país poderoso, en vías de desarrollo y respetado en el mundo, del que nosotros, los ciudadanos del Azerbaiyán independiente, estamos orgullosos, se basan en su amor desinteresado y su devoción a su pueblo. Su misión principal es siempre y en todas partes defender los intereses de nuestra Patria.

¿De dónde saca su fuerza en este camino increíblemente difícil? En primer lugar, en el apoyo, la fe y el amor de su pueblo.

Creo que la vida feliz, personal, familiar, el ambiente de amor y el respeto mutuo también juegan un papel insustituible.

Estoy orgulloso de mis hijos. En primer lugar, se han convertido en personas decentes y dignas. Que nunca he tenido que experimentar vergüenza o molestia por sus acciones. Debido a que Leyla, Arzu y Heydar toman su trabajo y sus estudios con seriedad y responsabilidad, y porque honran y respetan las tradiciones familiares, tienen pautas morales claras. Estoy feliz de que mis hijos sean amables e indiferentes al dolor de los demás. Confío en ellos porque la humanidad y la misericordia, junto con la honestidad y la dignidad, son las mejores guías en esta vida.

Rara vez doy entrevistas y no me gusta hablar de mí mismo. Mi vida ha salido tan bien que soy una figura pública, pero nunca he buscado publicidad o fama. Si tengo éxito en lograr resultados, si mis actividades benefician al país y a la gente, si he podido ayudar a aquellos que necesitaban ayuda, entonces este es el premio más alto para mí.

La felicidad es ser necesario y útil, la felicidad es cuando te creen y te apoyan. La felicidad es cuando tu conciencia y tus pensamientos son puros, cuando el amor y la bondad son la principal motivación para la vida.

Por supuesto, cualquier éxito o logro depende del trabajo en equipo. Estoy orgulloso de que todos estos años a mi lado sean gente brillante, talentosa, motivada, trabajadora y no indiferente, mis compañeros de armas, mis partidarios. Expreso mi profunda gratitud y respeto a todos aquellos con los que he estado trabajando durante muchos años, así como a aquellos que alguna vez estuvieron involucrados en nuestros proyectos y empresas.

Mi más sincero agradecimiento al pueblo de Azerbaiyán, a todos los ciudadanos de nuestra Patria. ¡Por el talento y la habilidad de llevar y preservar las mejores características de nuestra nación a través de los tiempos - coraje y firmeza, devoción a la tierra natal y heroísmo, nobleza y tolerancia, misericordia y fe, bondad y generosidad espiritual!

¡Que Alá proteja a todos y cada uno de ustedes y a nuestra hermosa Patria!

Su Mehriban Aliyeva les ama sinceramente.

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