Benzema, el jugador irrepetible, el gran incomprendido

  17 Julio 2020    Leído: 447
Benzema, el jugador irrepetible, el gran incomprendido

Tiene una magia extraña; puedes admirarle o criticarle, pero su calidad técnica es encomiable. Es indefinible, no es un «nueve» al uso, no es un «diez» puro. Es Karim Benzema, punto final, una categoría a extinguir.

Karim Benzema es el fichaje más extraño de la era Florentino Pérez. El presidente fue a contratarle a los suburbios de Lyon en la primavera de 2009. Le convenció. No era difícil, porque tenía un póster de Ronaldo Nazario que cubría toda su habitación. Quería ser el nueve del Real Madrid. Pero a la capital de España llegó un delantero que no era un nueve, sino un nueve y medio. Un futbolista que marcaba goles pero disfrutaba más creándolos. Un bicho raro este francés. Dicen que fue Cristiano, astuto, quien le convenció. Y se convirtió en el mejor aliado del portugués. Durante nueve años le dio cincuenta goles y le abrió otro pasillo para otros cincuenta. Pocos han valorado esta realidad. Ahora, sin el luso como sombra, vemos al mejor Benzema de la historia. A los 32 años muestra todo su talento, liberado del yugo de CR7 . Zidane, que le conoce mejor que nadie, explota su arte.

Benzema es el otro líder del equipo. El hombre que, cuando el portugués se marchó a la Juventus, tuvo el carácter de coger ese testigo, esa posta de la que Bale huyó. El francés demostró tener una personalidad fuerte y lo confirmó en el campo. Karim ha destacado en este Real Madrid del último bienio. En este Real Madrid en plena transformación, el ariete más extraño del mundo se ha mantenido como titular mientras los jóvenes delanteros que han llegado a la plantilla no han podido con él. Chavales más potentes físicamente que el francés se han quedado en el banquillo ante la magia de un delantero que crea, construye, baja a ayudar a los centrocampistas, se asocia con los extremos y remata cuando también le da tiempo a llegar al área a culminar esa propia jugada que él ha iniciado.

Padre, maduro, la estabilidad personal se nota en su fútbol. Explota toda su magia con la serenidad de quien sabe que vive su mejor etapa profesional. Muchos querían echarle no ha mucho tiempo. Ahora reconocen su nivel.

Su regate, su finta, sus paredes y sus pinchazos de balones aéreos son un espectáculo. El gol en Los Cármenes fusiona ese compendio de arte difícil de calificar, porque no es ni un ariete, ni un centrocampista. El francés ha conseguido romper el molde: es sencillamente «un Benzema», un futbolista inclasificable.

abc


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